Sandra Romo
Sábado, 15 de julio de 2017
Lo primero que tenemos que saber, es que todo artista escénico experimenta miedo y nerviosismo minutos previos al acto, y que ese miedo hasta cierto punto es normal. Se vuelve un verdadero problema cuando la mente exagera un panorama negativo y el miedo crece, produciendo ansiedad, tensión muscular, sudoración en exceso, disfonías, temblores, rigidez articular, con lo que es más fácil que se comentan errores y sea reflejada la inseguridad al público. El miedo es casi siempre a hacer el ridículo, a ser reprobado, y a equivocarse.
Sucede que el “ego” y el “perfeccionismo” pudieran estar detrás de este miedo. ¿Por qué? Según Emma Back, cantante y violinista de Gypsy-French-Folk-Pop, no debes combatir al miedo, porque este crece, si no más bien, aprender a recibir la atención del público, pues el miedo escénico es una simple consecuencia de esta atención, o una necesidad de demostrar que se está a la altura (aquí entra el ego), en cambio, al confiar en el regalo que ofrecemos con nuestra música y nos permitimos centrar nuestra atención en el público, el miedo escénico literalmente desaparece. Lo que ocurre cuando intentamos luchar contra el miedo, o superarlo fingiendo que no existe, es que el público siente nuestra agresividad o impostura, y perdemos su atención, Para dominar estas emociones tenemos que dejar ir nuestra necesidad de sorprender, complacer, convencer, y de ser fantásticos (aquí entra el perfeccionismo). Somos fantásticos tal como somos. Cuando creemos en esto y estamos abiertos a “recibir”, atraeremos a los fans que realmente aman y aprecian exactamente lo que les ofrecemos.
Consejos para lidiar con el miedo escenico
- Cuando ensayas o mantienes un estudio previo al concierto o examen, no estás en terreno vulnerable, por lo que hay que recrearlo. Se han hecho estudios que comprueban que la frecuencia cardiaca y la respiratoria, aumentan en el escenario, y se mantienen normales en el cuarto de estudio, por lo que Médicos de las Artes recomiendan hacer algún tipo de ejercicio cardiovascular, como subir y bajar escaleras rápidamente por unos cuantos minutos e inmediatamente después ir al instrumento, y a través de una respiración lenta y profunda, tratar de estabilizar ambas frecuencias. Cuando llegue el concierto o el examen, será más fácil acordarte de respirar de esa manera, y tu atención y concentración mejorarán, disminuyendo el nerviosismo. Otro ejemplo de recrear el ambiente, es tomar un vaso de agua y realizar ejercicios de calentamiento antes de comenzar el estudio y nuevamente antes de comenzar el concierto.
- Ejercicios de visualización (positiva), técnicas de relajación, meditación y ejercicios respiratorios ayudan a tener mayor dominio de las emociones, a canalizar la preocupación de fallar y de quedar bien.
- Tener preparado el material y disfrutar de la interpretación. Yo les recomiendo ir a un parque o a algún lugar por donde pase mucha gente. Mientras más interpretes en público de manera casual, más sentirás que compartes (das y recibes). Graba las caras de los niños y la gente que sonríe con tu música. Trata de llevar esas sonrisas el día del examen, y comprueba que es muy alentador y tranquilizante.
- Aprende a reír de tus errores, por lo que te recomiendo los talleres de Clown que imparten Rodrigo Suárez y Madeleine Sierra, aquí te comparto un video para saber más: https://youtu.be/3nrfL_Qt1XA
Si el miedo escénico ha producido síntomas graves, como ansiedad frecuente, gastritis no controlada, o dolores musculares severos, te recomiendo acudas a un psicoterapeuta para que te brinde herramientas efectivas y traten juntos el problema de raíz, nunca es tarde para reconciliarte con tu instrumento.