Durante la formación musical se desarrollan habilidades cognitivas, perceptuales y motoras orquestadas por el cerebro, logrando inmensas conexiones nerviosas, por lo que no es extraño que una educación musical bien guiada tenga un impacto positivo en programas escolares, terapéuticos y sociales reforzando la llamada inteligencia musical, útil para todos los seres humanos.

 

Muchas investigaciones científicas respaldan que existen diferencias anatómicas y fisiológicas entre el cerebro de los músicos y los no músicos. La lectura a primera vista, por ejemplo, es una tarea que depende de la rápida integración multimodal de la información sensorial y se ha visto que aumenta la materia gris de las zonas involucradas del cerebro de músicos profesionales en comparación con los músicos aficionados. Otro ejemplo es el del cuerpo calloso, que es más grueso y está más desarrollado en los músicos que en otras personas; esto comprueba que la música incrementa las conexiones neuronales y estimula tanto el aprendizaje como la creatividad.

 

El hemisferio derecho se encarga de la coordinación, percepción y memoria musical, además, controla los aspectos de la entonación en el canto y en personas sin conocimientos musicales, controla también la percepción musical. Por su parte el hemisferio izquierdo se encarga de razonar el volumen y la letra musical; controla casi todos los aspectos del lenguaje; y gran parte de los musicales tanto perceptivos como de producción. El aprendizaje de la música, se extiende a todo lo largo de la corteza cerebral.El sistema límbico, muy relacionado con las emociones, tiene un papel significativo de los sentimientos de gratificación o frustración al percibir el sonido musical. Aunque el lóbulo temporal derecho es el encargado del procesamiento básico del sonido y de separar la armonía de otros tonos musicales, citando a Oliver Sacks, “es un hecho que no existe un área específicamente para la música en el cerebro humano sino más bien, la participación de una docena de redes musicales dispersas por todo el cerebro”.

 

Por otro lado, durante la improvisación, disminuye la actividad de la corteza prefrontal dorsolateral del cerebro, relacionada con las acciones planificadas y de autocensura, mientras que se activan áreas muy similares a cuando se está soñando. La corteza prefrontal medial del cerebro también se activa durante la improvisación, la cuál está relacionada con la personalidad, la subjetividad y la consciencia del ser como individuo.

 

Crear, interpretar, ejecutar y escuchar música, activa grandes áreas del cerebro por lo que deberíamos recalcar que estudiar música es verdaderamente una actividad cerebral, o en otras palabras al hacer música ponemos en forma a nuestro cerebro. Es necesario tomar consciencia de que estudiar un instrumento, no es sólo practicar y aprender repetidamente el mismo movimiento; por lo que los invito a profundizar en nuevos métodos de enseñanza-aprendizaje y a explorar más la improvisación como vía para reflejar la personalidad y experimentar la libertad.

 

CURIOSIDADES:

 

  • La música comparte con las matemáticas entre muchas cosas, el razonamiento abstracto, por lo que se ha demostrado que los niños con entrenamiento musical, resuelven mejor los problemas matemáticos.
  • La terapia musical, tanto tocar un instrumento como escuchar música, es muy usada en enfermos y adultos mayores, al ser benéfica para mejorar la atención, la pérdida de memoria, la depresión y el aislamiento.
  • Una de cada 10,000 personas tienen una cualidad cerebral llamada “oído absoluto” que es la habilidad para identificar una nota sin ayuda de otra que sirva de referencia. Jimi Hendrix, conseguía aprenderse el repertorio entero de una banda musical en una o dos horas.
  • Según las investigaciones realizadas por un equipo de psicólogos de Hong Kong, los niños que reciben clases de música tienen mejor memoria verbal que aquellos que no participan de este tipo de entrenamiento.
  • Se ha comprobado que debido a la gran relación que existe entre la memoria y la música, los músicos tienen menor riesgo de desarrollar deterioros mentales.
  • Las alucinaciones musicales tienen su origen en un funcionamiento fallido de una red cerebral y provocan que el paciente escuche música constantemente en su mente.

 

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