Los instrumentos de viento-metal, como la trompeta, el trombón y la tuba, requieren de exigencias físicas un tanto desproporcionadas a las condiciones anatómicas del ser humano. Un instrumentista de viento, además del arduo entrenamiento respiratorio y de la enorme precisión referente a la digitación, necesita de la interacción coordinada de músculos de la cara. Pero la función de realizar la embocadura, recae principalmente en un músculo llamado orbicular de los labios, donde sus capacidades anatómicas distan mucho de sus grandes demandas durante la interpretación, ya que siendo un músculo minúsculo (apenas unos milímetros de espesor) debe de poder tensarse y vibrar al mismo tiempo que es presionado por la boquilla del instrumento, esto por largos periodos de tiempo, siendo así susceptible al desgarre o ruptura de sus fibras.

Se dice, aunque no está científicamente documentado, que el legendario trompetista de jazz, Louis Armstrong dejó de tocar por 1 año,  debido precisamente a la ruptura del músculo orbicular de los labios y hay quienes además aseguran que gracias a ello hoy conocemos su talento vocal como en “Hello, Dolly” y “What a Wonderful World”.  Tanto así se le atribuye esta lesión, que apenas hace algunos años, el Dr. Jaime Planas, de Barcelona, nombró esta condición, Síndrome de Satchmo, nombre por el que también era conocido Louis Armstrong. La sintomatología inicial de este síndrome es la debilidad o el cansancio en labios, seguido de gran dificultad para realizar notas altas (donde se requiere de mayor contracción muscular del orbicular). Según la dimensión de la ruptura, será la extensión del síntoma, pudiendo ser muy localizado cuando es un área pequeña. El dolor puede ser señal de inflamación (y sangrado interno), y tras la ruptura de algunas de las fibras del músculo, viene un proceso natural de cicatrización.  Cuando la ruptura es de gran tamaño, la cirugía es casi siempre necesaria.

Aunque la mayoría de los casos, cuando buscan ayuda desde la aparición de los síntomas, se resuelven con fisioterapia, donde los agentes físicos como el frío, el láser, la electroterapia, los ejercicios específicos pueden ser una vía para una adecuada cicatrización y un pronto retorno a la ejecución musical.

CONSEJOS ÚTILES:

  • Descansar 5 minutos cada 20 o 30 minutos de practica (según la exigencia del estudio y según cada individuo). El orbicular de los labios y demás músculos de la cara involucrados agradecerán el reposo tras el sobreuso en capacidades anatómicas extremas.  Jamás se debe de llegar al cansancio o al dolor.
  • Para que no llegue cansado el músculo a la interpretación, es preferible realizar ejercicios de calentamiento de músculos de la cara sin el instrumento y evitar calentar con el instrumento más de 5 o 10 minutos sobre todo de manera muy sostenida y con excesiva fuerza; tratando en la medida de lo posible de comenzar con escalas suaves, o pasajes no muy demandantes.
  • Realizar masajes suaves en los músculos de la cara que acumulan mayor tensión.
  • La hidratación es fundamental para un adecuado funcionamiento en todo el aparato respiratorio.
  • En caso de dolor, lo mejor será aplicar hielo directo por 5 minutos a modo de masaje (cuidando de no quemar la piel) y acudir a un especialista lo antes posible.