Como sociedad estamos llenos de paradigmas que nos hemos creído. Uno de ellos, que se ha sostenido y que trae muchas consecuencias negativas a la salud, es que el ejercicio y la música no se llevan bien.  A muchos de ustedes les habrán dado a elegir entre música y deporte.  Lo sabemos porque llegan a nuestra consulta estudiantes que antes de elegir la carrera musical, practicaban algún deporte, y a la hora de elegir, prefirieron quedarse con la música, ¿acaso fueron condicionados “por miedo a lesionarse” a invertir la mayoría de sus movimientos al instrumento?, y ya saben, con ello la combinación perfecta que constituye una lesión: SOBREuso, MALuso y DESuso del sistema músculo – esquelético. En definitiva que existen deportes más riesgosos que otros, y las lesiones resultantes pueden ir desde esguinces (torceduras), subluxaciones o luxaciones, fracturas, hasta verdaderas tragedias. Mas, si nos detenemos a pensar, estas lesiones (u accidentes) también ocurren en la vida cotidiana, como simplemente bajando una banqueta, choques automovilísticos, caídas y resbalones dentro de casa.

Lo que está comprobado, es que la rehabilitación será mucho más rápida y sencilla por alguien que practica regularmente alguna actividad física, que por alguien que no lo ha hecho.  Y entonces como profesionstas de la salud, ¿cuál debería de ser nuestra postura al recomendarles alguna actividad física?  Honestamente, yo también era de las que les aconsejaba a mis pacientes dejar las artes marciales por el riesgo a lesionarse, pero con la experiencia y conociendo a muchos músicos amantes del deporte y con la llegada de nuevas corrientes que explican mejor la biomecánica y el movimiento (como el concepto de biotensegridad – ya hablaremos de eso en otro artículo).  estoy rompiendo paradigmas y espero inyectarles las ganas de moverse más fuera del instrumento.

De manera general realizar alguna actividad física tiene los siguientes beneficios:

 

  • Mejora la salud y la calidad de vida en general.
  • Influye positivamente en el metabolismo y en los sistemas cardiovascular, respiratorio, nervioso y músculo – esquelético. 
  • Refuerza el sistema inmunológico disminuyendo el riesgo de padecer enfermedades.
  • Disminuye el estrés y las tensiones. 
  • Refuerza la capacidad de concentración. 
  • Mejora la condición física y motora 
  • Ayuda a conservar un buen aspecto físico

A continuación intento organizar el ejercicio de acuerdo a sus riesgos (enlistado de menor a mayor riesgo).

  1. Actividad física de baja intensidad. Por el hecho de que no son de impacto existe el menor riesgo de lesión y muchas de ellas buscan prevenir y curar lesiones. Uno de sus alcances es el estado de bienestar que se logra con la constancia al realizarlos. Ejemplos: Caminar, natación suave, pilates, Yoga, Tai Chi, Chi Kung, Danza Sufi.   En las que llamo prácticas saludables, que describo más adelante, uno de los logros es la adquisición de mayor “consciencia corporal”, y con ello, la ejecución musical resultará más fluida y el riesgo de lesionarse será mucho menor, ejemplos: Técnica Alexander, Kundalini Yoga y Método Feldenkrais.
  2. Actividad física de alta intensidad.   Son ejercicios que requieren de mayor esfuerzo y provoca una respiración rápida y un aumento sustancial de la frecuencia cardíaca. Es conveniente hacerlos bajo supervisión y de manera regular, pues el cuerpo pierde muy rápido la condición física alcanzada.  Son muy comunes las lesiones por “ser jugador/practicante de fin de semana”.  Con una buena disciplina, las metas alcanzadas, pueden resultar en mucha satisfacción.

 

  1. Cardio-respiratorio: Trote, carrera, aerobics, escaladora, elíptica, spinning, etc.
  2. Deportes populares/actividades recreativas: Futbol soccer, americano, hockey, tennis, voleibol, basquetbol, boliche, golf, danza, etc.
  3. De Contacto: Futbol americano, lucha libre, boxeo, artes marciales (como kung fu, capoeira, aikido, jiu-jitsu), esgrima, etc.  
  4. Explosivos: Conllevan reacciones rápidas ante sucesos inesperados o esperados como parkour, crossfit, ejercicios con el propio peso (como lagartijas, sentadillas y barras).
  5. Anaeróbico: Aparatos de gimnasio, levantamiento de pesas.
  6. Deportes acuáticos: Natación competitiva, buceo, nado sincronizado, surf, esquí, jet esquí, clavados.
  7. Deportes olímpicos: Salto con garrocha, pentatlón, equitación, remo, gimnasia, judo, lucha greco-romana. 
  8. Deportes extremos: Carrera en montaña con obstáculos, rapel, tirolesa, paracaidismo

Aconsejo que durante la elección de alguna actividad física, tomes en cuenta tu edad, pues en algunos deportes, comenzar en la infancia moldeará al cuerpo para dicha actividad, como en la danza.  También que midas tus propios objetivos y pongas en una balanza qué tanto te apasiona o pudiera apasionar cierta actividad física.  Conozco a músicos que practican artes marciales y han pasado por muchas lesiones, y muchos coinciden que han salido rápido de ellas, y cuando llegan a padecer una tendinopatía, se dan cuenta lo molesta y tardada que puede convertirse, por el hecho de que la adquisición de las tendinopatías (hablo de las que padecen los músicos) son acumulativas y únicamente corrigiendo la causa de ellas va a haber mejoría. A muchos les gusta hacer pesas, y aunque no salga de mi boca “te recomiendo hacer pesas”, si hacerlo para ti es una gran pasión, considero que mientras lo hagas bajo supervisión y sin exceso, y con un fisioterapeuta de cabecera, es válido y nadie debería prohibírtelo.

Moverse más allá del instrumento

Mi recomendación como profesionista de la salud, incluye las prácticas saludables y aquí hago una breve descripción. Todas ellas son impartidas en FiG health, espacio creado para el bienestar del músico.  

  1. Técnica Alexander.  

No es una clase que incluya un programa de ejercicios.  Las clases de Técnica Alexander tienen como principal objetivo cambiar la forma en la que respondemos a los estímulos, sustituyendo nuestras reacciones automáticas por acciones escogidas. Así, se reduce el exceso de tensión, desgaste físico y mental y por lo tanto con mayor claridad mental adquirida se logra mayor facilidad y eficiencia en cualquier actividad. El(la) maestro(a) a través del toque con sus manos en zonas que detecta bloqueadas o con exceso de tensión y del uso de palabras clave, te enseña paso a paso a reeducar el movimiento haciendo más, con menos.  De hecho, uno de sus fundamentos es “dejar de hacer”, es decir, PARAR (cualquier actividad muscular) ante cualquier estímulo, para organizar al cuerpo y conseguir una buena relación entre el cuello, la cabeza y la espalda.  

Beneficios:

  • Enseña a hacer un uso más eficiente de sí mismo previniendo y aliviando problemas físicos y emocionales como dolores de cabeza, cuello, espalda, articulaciones, padecimientos respiratorios, ansiedad, depresión o miedo escénico, y ayuda como rehabilitación después de una cirugía o un accidente.
  • Es una herramienta ideal para músicos que quieren tener mejor coordinación, resolver aspectos específicos de ejecución o de exceso de tensión.
  • La libertad de elección favorece crear un estado consciente de bienestar, para quienes buscan un desarrollo personal o fomentar su creatividad.
  • Ayuda a reducir los niveles de tensión física o mental y el desgaste excesivo por repetición.
  1. 2.  Método Feldenkrais. En estas clases se busca la calidad del movimiento, y vaya que se consigue.  A través de un movimiento dirigido por el maestro(a), cada vez descubres como el movimiento es organizado e intervienen articulaciones y grupos musculares, generando una autoconsciencia y con ello un aprendizaje de movimientos más fluidos y libres. No es una gimnasia ni una terapia. Es un proceso de aprendizaje a nivel de experiencia sensorial y motriz.

Se dirige, por un lado, a todas las personas que desean conocerse mejor y quieran desarrollar sus potencialidades y por el otro, a todas aquellas personas que necesitan moverse mejor, sea para la recuperación o para la prevención de lesiones, traumatismos y contracturas o dolores crónicos.

  • Mejora la coordinación corporal o que presentan deficiencias sensorio-motrices de cualquier tipo causadas por trauma, enfermedad o deterioro de la estructura o función y/o como apoyo en la rehabilitación o fisioterapia. 
  • Apoyo en alguna especialidad de desarrollo humano o cognitivo. Profesionales o interesados en la PNL, el coaching, la educación y la psicología encuentran en la práctica del método, y en el bienestar que genera, una forma de desarrollo y autoconocimiento del plano físico congruente a su profesión y aspiraciones.
  • Perfeccionamiento de destrezas físicas y deportivas. 
  • Personas mayores o personas con vida sedentaria. Es decir, personas que busquen una manera de mantener una movilidad natural y orgánica libre de bloqueos y rigidez.
  • Mejorar destrezas artísticas que involucran el uso del cuerpo y calidad en su coordinación.
  1. Meditación en Movimiento. Desde nuestros primeros años,  aprendemos a utilizar un mecanismo llamado “mente”. Recibimos una educación que nos muestra sus usos, pero nunca nos enseña a detenerla. Como resultado, obtenemos un parloteo interior incesante que conlleva no sólo estados cada vez más prolongados de estrés y la desconexión del momento presente, sino también, un rápido deterioro de nuestro estado de salud.   

Por medio de la meditación, aprendemos a observar y paulatinamente a callar la mente cuando no la necesitamos, pues ésta también necesita descanso. Con la práctica constante, empezamos a desarrollar estados físicos, mentales y emocionales que permiten el uso máximo de nuestras capacidades. El cerebro tiene el potencial de generar nuevas conexiones neuronales (neuroplasticidad) así que en todo momento tenemos la posibilidad de afectar su funcionamiento y por tanto el de todo nuestro cuerpo.

Durante una meditación aprendemos a dirigir nuestra atención, de manera que podemos ir generando los cambios que deseamos, dejamos de ser víctimas del entorno y nos responsabilizamos de nuestra capacidad de cambiar o permanecer con hábitos que puedan afectarnos.

A través de diferentes técnicas y ejercicios de meditación es posible llevar lo aprendido a cada aspecto de la vida, y no sólo mejorar en cualquier padecimiento sino empezar a vivir de manera más saludable y hacer cambios significativos en la percepción de nosotros mismos y las limitaciones que creemos tener. Sus objetivos son:

  • Descubrir la relación cuerpo-mente-emoción y su influencia en la vida diaria para mantener un estado de salud óptimo.
  • Incrementar la velocidad de un proceso de rehabilitación.
  • Mejorar la concentración, la disciplina y la fuerza de voluntad.
  • Desarrollar la capacidad para enfrentar situaciones difíciles de manera más relajada.
  • Brindar las herramientas para practicar individualmente.
  1. Kundalini Yoga.  El yoga es una práctica milenaria originaria de la India. La palabra yoga proviene del Sánscrito “Yug” que significa unión y se refiere a la verdadera unión de todas las fuerza de nuestro cuerpo, mente y espíritu.  

Kundalini yoga es conocido como “yoga de la conciencia”. Por medio de ejercicios de respiración llamados pranayamas, ejercicios conscientes, posturas corporales y mantras (repetición de sonidos con una carga vibratoria específica), se activa tu potencial para lograr una vida más plena.  La habilidad artística se relaciona con la creatividad, pero más allá de eso, la creatividad es un estado mental que permite aplicar de manera espontánea y expresiva nueva ideas y actividades.

En cada clase se trabajan distintos Kriyas que son series de ejercicios con respiración y sonidos que se integran para lograr un objetivo en específico. Por ejemplo, existen kriyas para trabajar cuestiones físicas como el hígado, corazón y los riñones, y cuestiones mentales como la creatividad, voluntad y relajación. Los beneficios que proporciona está práctica son muchos, entre ellos:

  • Favorece a mantener un estado óptimo de salud física y mental.
  • Mejora la flexibilidad de la columna vertebral y las articulaciones.
  • Con las técnicas de respiración el cuerpo se desintoxica y se amplía la capacidad para tener una mejor oxigenación y nutrir mejor a las células del cuerpo.
  • Crea un estado de relajación profundo que brinda concentración, serenidad y creatividad.
  • Restaura y fortalece el sistema nervioso. Ayuda a relajar las ondas cerebrales, calmando la mente y proporcionando claridad en tus pensamientos, propiciando un bienestar mental y equilibrio emocional.
  1. Tai chi.  El Tai Chi usa movimientos continuos y circulares, suaves y relajados, en un proceso que genera aumento de la sensación de bienestar corporal. Con esto se logra un alto estado de claridad mental y de relajación. Esta disciplina milenaria se basa en la estimulación de circulación de la energía interior a través de los meridianos del cuerpo mejorando la salud, aumentando la vitalidad y favoreciendo la longevidad.

Existen cuatro metas fundamentales en la práctica del Tai Chi:

  1. Mantener una vida saludable
  2. Autocuración de ciertas enfermedades
  3. Controlar y manejar una alta técnica de autodefensa
  4. Aliviar y ayudar a curar algunas enfermedades en otras personas

Aun cuando el Tai Chi es un arte marcial interno tradicional Chino, su difusión en Occidente y el entusiasmo por aprenderlo y practicarlo se debe al reconocimiento de su valor terapéutico. El Tai Chi basa la defensa en un conocimiento de uno mismo y un buen equilibrio.

6. Qi Gong.  Se pronuncia Chi Kun y se ha conocido como “Chi Kung”.  Es un ejercicio que se basa en técnicas de la medicina tradicional china en la que se combina respiración, posturas corporales y el poder mental. Mejora la salud, alivia el dolor, elimina el estrés, la ansiedad y la depresión, y ayuda a tener más energía y vitalidad. Existen diferentes técnicas, algunas con movimiento y otras estáticas. Los movimientos son suaves y lentos, y la respiración pausada y profunda.  Está relacionado con técnicas de artes marciales, budismo, taoísmo o confusionismo de la antigua China. Qi o chi significa «energía» y gong “trabajo” o “técnica”. El chi es la energía vital que fluye por el cuerpo a través de los meridianos conocidos en la acupuntura. Según la medicina tradicional china, la enfermedad surge cuando el chi se estanca o se acelera. El Qi Gong es el arte de circular esa energía de la manera más adecuada para lograr una finalidad específica.

Gustav Mahler (1860-1911), compositor y director era un entusiasta aficionado al ejercicio físico y al deporte. Disfrutaba de paseos en bicicleta, a caballo, montañismo, natación y remo.  En 1907 le detectaron una lesión coronaria y le prohibieron continuar con el deporte, lo que lo desanimó enormemente.  Actualmente, en rehabilitación cardiaca, se estimula la adquisición planeada y progresiva del ejercicio y seguramente a Gustav Mahler le hubiera sido beneficioso realizar algunas prácticas saludables.

*Fisioterapeuta Cadenista especialista en Músicos, co fundadora de FiG health

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