Por Sandra Romo* 

Publicado en Music:life, Magazine, mayo 2017.

Tocar un instrumento es indudablemente una actividad cerebral. Necesitamos primero estudiarlo.   La memoria es una de las herramientas primordiales para que el aprendizaje pueda concretarse, mantenerse y hasta recuperarse. Te has preguntado, ¿qué necesitamos para aprender y memorizar?

La atención es el paso previo al aprendizaje y la memorización. Existen distintos tipos de atención, como cuando se está alerta por estímulos que nos lleven a un estado de vigilancia, atención focalizada como discriminar un olor con los ojos cerrados, y la atención selectiva que involucra una alta resistencia a la distracción inhibindo otros estímulos que no son tan relevantes. Una vez ponemos atención a algo, lo recibimos y procesamos desde nuestros sentidos e internamente devienen cambios bioquímicos a nivel celular, donde a través de neurotransmisores se comunican entre sí las neuronas, pasando esta información y almacenándola según el nivel de importancia, lográndose memorizar a corto o a largo plazo.  

Las siguientes son algunos obstáculos de lograr estudiar inteligentemente pues merman la atención:

 

  • El aburrimiento.  Sí, la monotonía, tocar algo que no te esté gustando o que sea siempre lo mismo, o porque todo el tiempo es música y ya no has disfrutado de un atardecer, de un viaje de fin semana que no sea por trabajo.  Se necesita una dosis adecuada de creatividad para vencerlo, para ello,  recomiendo ampliamente el libro de “El camino del Artista” de Julia Cameron para combatir esta barrera más común de lo que se piensa.
  • La confusión.  Muchas veces no se tienen tan claros algunos conceptos teóricos o prácticos y esto no permite que fluya bien la atención a lo que se está estudiando.
  • La ansiedad.  Ser futuristas de cosas que aún no han pasado, no disfrutar del presente, sino adelantarse a que algo va a salir mal, la ansiedad que da por pensar que falta poco tiempo para montar la obra, etc.
  • No dormir lo suficiente. Está comprobado, el sueño es un factor esencial para la consolidación de los conocimientos acumulados durante las horas de vigilia, así se fijan los conocimientos, por lo que no dormir es verdaderamente contraproducente.
  • Alimentación deficiente.  El cerebro funciona gracias a los nutrientes que consumimos como vitaminas, minerales, ácidos grasos, aminoácidos esenciales, por lo que su carencia en ingesta puede tener letargo, desgano y dificultad para concentrarse.

Suelo tomar en alguna etapa del tratamiento con músicos una dinámica que bauticé como «El estudio inteligente», para tocar con más calidad que cantidad.  Con el estudio inteligente se ejercen las 3 memorias: visual, auditiva y kinestésica (movimiento).   El primer paso es justo lo opuesto a lo que probablemente estés acostumbrado, y será tomar tu partitura.   La leerás de manera diferente a como estás acostumbrado, enfócate en 4 compases para empezar, y haz una fotografía visual (muy pocas personas tienen memoria fotográfica, pero lo que queremos desarrollar es justo eso), tratando de ver más la imagen que la connotación musical. Manda esa imagen al fondo de tu cabeza y trata de memorizarla.   Puedes darte unos minutos y en seguida tomar un pentagrama y tratar de plasmar lo que recuerdes, te sorprenderás que con la práctica, cada vez te será menos difícil plasmarlo.  El segundo paso es tararear las notas, hago hincapié en NO SOLFEAR, date permiso de interiorizar la música, puedes hacer un murmullo o un “lara lara”, lo esencial aquí es memorizar lo que interiorizas, cada vez podrás afinarte y ser más preciso, pero no es esencial que salga intachable sin antes interiorizar los sonidos. 

En seguida intenta seguir memorizando con tu voz los 4 compases, puedes acudir de vez en cuando a la partitura real, pero procura que sea a la que grabaste en tu mente, y ponte de pie para realizar tu rutina de ejercicios de calentamiento (sin el instrumento) tratando de sentir los movimientos de cada una de tus articulaciones, comenzando desde el cuello.  El reto aquí es que los movimientos no tienen que ver con lo que está sonando, y tu atención comenzará a dejar en automático lo que cantas, para poner atención al cuerpo, y cuando digo cuerpo, hago hincapié en poner atención desde tus pies hasta tu coronilla, sintiendo si hay exceso o falta de tensión en tus músculos.  Con la práctica, esto te ayudará a que pongas más atención a las zonas que están incómodas cuando tocas, y no sólo al movimiento que está relacionado con la intención de hacer música.  Por último, toma tu instrumento imaginario o flotante, es decir, no el real, simplemente colócate como si fueras un mimo ¿qué tan buena memoria kinestésica tienes? Si te tomaras una foto con el instrumento imaginario y con el real “tocando lo mismo”, ¿se verían igual?  Para mí, ha sido sorprendente darme cuenta que no.  

Aprovecha también para darte cuenta de la posición más cómoda, pues probablemente así, estés más cómodo y cuando coloques o te coloques en el instrumento real sientas que puedes hacer ciertos ajustes para estar más cómodo.  Ahora para ejercer esta memoria, primero intenta sólo con la visual, es decir, mientras ves tu partitura o si la memorizaste bien esos 4 compases, intenta tocar con tu instrumento imaginario, puede llegarte a sorprender, que a pesar de haber tenido frente a ti tantas oportunidades de corregir, hasta este momento te des cuenta si omitiste alguna ligadura, un acento, un silencio, etc.  Y el siguiente paso es unir lo visual, lo auditivo y lo kinestésico, aún sin el instrumento.  Por último, intenta la primera vez con los ojos abiertos, tocar ya con tu instrumento y en seguida con los ojos cerrados. Muy probablemente, te haya salido a la primera, y con mucho menos errores que cuando tomas la partitura e intentas hacer todo a la vez.

He tenido oportunidad de trabajar con músicos profesionales esta propuesta y han logrado reducir sus tiempos de estudio porque logran mayor calidad y además las tres memorias segmentadas se pueden estudiar en lugares donde normalmente con el instrumento no se podría, optimizando así, el tiempo. El aprendizaje pretende generar respuestas al medio para sobrevivir o resolver una tarea específica.  Para ser más inteligente incluye al cuerpo en todo proceso de aprendizaje. Y con cuerpo me refiero a cerebro, manos, pelvis, piel, respiración …. y corazón.  Rompe rutinas, abre tu mente a nuevas formas de estudio, y por último te recomiendo ampliamente la meditación para que tu atención sea la adecuada según la circunstancia.