Sandra Romo

Viernes, 21 de julio de 2017

Las artes interpretativas son aquellas en las que el artista utiliza el cuerpo y/o una extensión del mismo como medio de expresión. Bailarines, actores y cirqueros son artistas escénicos que se desenvuelven con todo su cuerpo. Los músicos y cantantes son artistas interpretativos que deben su gestualidad musical a la participación, en mayor o menor medida, del sistema nervioso, musculoesquelético, visual, auditivo y foniátrico.

Sabemos que la ciencia y el arte están íntimamente relacionadas. Se ha hablado mucho de los efectos fisiológicos de la música y otras disciplinas artísticas sobre el cuerpo y las emociones. Ahora bien, si el arte cura, ¿quién cura al arte y a sus artistas?

El origen de la Medicina de las Artes Interpretativas fue a principios de los años 80 ́s, y parece que surgió como respuesta a un artículo titulado «When a pianist ́s fingers fail to obey» publicado por Jennifer Dunning en el New York Times donde Gary Graffman expuso su problemática que era devastadora siendo concertista, pues sus dedos anular y meñique de la mano derecha no se lograban posicionar de forma natural cómo solían hacerlo en ciertos pasajes musicales. Más tarde se supo que esa condición era distonia focal, una afección neurológica multifactorial donde los dedos pierden el control y no obedecen. Médicos interesados comenzaron a realizar reuniones internacionales para investigar y profundizar en las afecciones propias del artista. Desde entonces, muchas clínicas especializadas en Medicina de las Artes se han establecido en grandes ciudades: Chicago, Indianápolis, París, Viena, y Barcelona, entre otras. Además se han creado organizaciones tales como: International Arts-Medicine Association, Performing Arts Medicine Association, Insitut de Fisiología i Medicina de L ́Art, AMABO, MedArt, Hearing Education and Awareness for Rockers, International Association for Dance Medicine and Science, que continúan realizando estudios y reuniones para atender y curar a los artistas.

El mayor porcentaje de las afecciones físicas en artistas escénicos como actores, bailarines y cirqueros corresponden al sistema musculoesquelético y se presentan en su mayoría por sobre-esfuerzos, caídas o traumas directos tanto en ensayos como dentro del escenario. Esguinces, rupturas de ligamentos y tendones, luxaciones, bursitis y dolores en las articulaciones son algunos ejemplos de sus lesiones. Los artistas escénicos suelen estar informados sobre temas de salud tomando en cuenta la nutrición, anatomía, y prevención de lesiones. Debido al origen y curso de estas lesiones, se han visto favorecidos en tratamientos que ofrece la Medicina del Deporte donde uno de los principales objetivos es el retorno oportuno a la actividad. Sin embargo, una diferencia que ayuda a médicos del deporte a abordar a artistas es que los deportistas buscan encontrar los mejores movimientos para alcanzar metas de rendimiento y competencia, mientras que los artistas persiguen la estética pese a poner en riesgo su salud, lo cuál resulta ser un reto a la hora de seguir las indicaciones medicas.

Las afecciones físicas en artistas interpretativos relacionadas a su profesión son principalmente de tipo acumulativo: largas horas de estudio en posiciones antinaturales con movimientos repetitivos. La importancia del cuidado que la población musical y médica le da a temas de salud en situación educativa y laboral es muy escasa y en muchas ocasiones errada. A la fecha muchos médicos se sorprenden cuando les digo que trato las lesiones de los músicos, pues desconocen que los músicos presentan lesiones propias de su actividad, lo cuál lleva a malos diagnósticos o tratamientos fallidos (para este tema, recomiendo leer el artículo “Tocar con dolor, y la cultura del silencio” que se encuentra en este mismo blog.

Las afecciones físicas en músicos son más similares a las que se atienden en Medicina Laboral u Ocupacional. Un dato que avala este hecho es que la población musical se encuentra en el 2º lugar, después de los operadores de computadora, de estar en riesgo de padecer lesiones laborales. Los músicos se ven favorecidos en tratamientos que los orienten a mejorar sus hábitos alimenticios, posturales, de acondicionamiento físico y donde el retorno a la práctica sea de manera progresiva. Tendinitis, como la epicondilitis y el dedo en gatillo, síndrome por sobreuso, síndrome del desfiladero torácico y distonia focal son algunos ejemplos de las afecciones en músicos derivadas de la práctica de su instrumento; aunque también pueden presentar afecciones visuales como la vista cansada, afecciones en la piel por el contacto de su instrumento, y afecciones en oídos desde los molestos zumbidos llamados tinnitus, hasta el déficit permanente de la audición. Por otro lado, los cantantes y actores se ven expuestos a afecciones de voz, como las laringitis y las afonías, y con mayor severidad, los pólipos y nódulos que muchas veces terminan en cirugía. Los instrumentistas de viento necesitan de odontólogos que sepan sobre el tipo de embocadura y tratamientos que les permitan, en la medida de lo posible, ejecutar su instrumento.

También existen las afecciones emocionales como la depresión, la ansiedad y el pánico escénico. Ocurren normalmente tras exigencias individuales, demandas profesionales y de la inestabilidadlaboral y económica. Muchas veces una condición física puede conducir a un problema emocional. Es el caso de un artista que tras una dolencia acude a un profesional de salud, obteniendo la respuesta de: “son gajes del oficio, deja tu actividad y santo remedio”, por lo que evidentemente pasa de un problema físico a un estado de ansiedad o depresión. Puede ocurrir también de forma opuesta, comenzar con un problema emocional y somatizarlo. Imaginemos a un guitarrista que cada vez que sube al escenario se pone muy nervioso, sus niveles de estrés son elevados, provocando una gastritis o una dermatitis.

¿Entonces… cómo curar?

Aunque lo ideal sería contactar a un Médico de las Artes, en México estamos en pañales. Sirve, en definitiva, acudir, según el sistema afectado al especialista en cuestión. Médicos ortopedistas traumatólogos, fisioterapeutas, neurólogos, audiofoniátras, fisiátras, nutriólogos, odontólogos, psicoterapeutas, dermatólogos, oftalmólogos, entre otros.

Para el proceso de rehabilitación, lo ideal también es contar con un Fisioterapeuta o Kinesiólogo que busque no solo disminuir el síntoma (como dolor, cosquilleo, fatiga, tensión, rigidez, etc.), si no que tenga como prioridad guiar al artista en tomar medidas preventivas y encontrar soluciones más cómodas y de menor riesgo donde muchas veces se requiere modificar la técnica o los hábitos de estudio, así como llevarlo a tomar consciencia corporal aminorando los excesos que la disciplina exige, como los de hipermovilidad articular en un bailarín, o la falta de descanso auditivos en un músico, o a la hidratación en un cantante o las exigencias físicas que implican ciertos vestuarios dentro de la actuación.

La fisioterapia es una rama de la medicina, que utiliza agentes físicos como calor, frío, ultrasonido, láser, electroterapia, mecanoterapia, ejercicios y manipulación de tejidos blandos y es necesaria para rehabilitar cuestiones musuloesqueléticas y neurológicas. Por otro lado, el Método de Cadenas Musculares y Articulares GDS ve al cuerpo como un TODO. Es un método de observación y análisis de la mecánica humana que propone una terapia reestructurante del aparato locomotor basada en la noción de “terreno predispuesto” la cual tiene en cuenta que el aspecto comportamental influye en el gesto e induce la postura. Tiene como fin, optimizar las posibilidades corporales para reflejarlo en lo cotidiano, no sólo de la disolución de las tensiones y dolencias asociadas a hábitos y comportamientos, sino también, en el dominio de la prevención, refinando y llevando a la excelencia tanto la estática (postura) como la dinámica (expresión y movimiento), a través de la toma de conciencia de “gestos más justos”.

En mi experiencia profesional rehabilitando músicos me apoyo con agentes físicos sobre todo para la reparación del tejido en ciertas afecciones, como la tendinitis. Para tratar las tensiones miofasciales (músculo y fascia o tejido aponeurótico) y hacer toma de consciencia, trabajo con el Método de Cadenas Musculares y Articulares GDS. Debido a que la mayoría de estas afecciones acumulativas sobrevienen tras el sobreuso, maluso, desuso muscular, o cualquiera de sus combinaciones, les encamino a mejorar su utilización corporal a través de una de mis aficiones, las percusiones: baquetas, panderos y tambores. Como parte fundamental, también suelo aterrizar lo visto “fuera” del instrumento, “en” el instrumento, para mejorar la postura y las posiciones articulares, conjuntando la utilización corporal con principios de biomecánica. Mi pasión y mi mejor herramienta para el éxito terapéutico es la de llevarlos a reconciliarse y recrearse a través de su cuerpo, su principal instrumento.En conclusión, para que la Medicina de las Artes cobre mayor importancia en México, es necesario que el artista pida que el manejo de sus afecciones físicas y emocionales sea por parte de un profesionista de la salud que considere todos los aspectos fundamentales de la disciplina en cuestión. Conociendo las terminologías importantes y reconociendo a detalle, las diferencias entre estilos y técnicas, pues resulta que es diferente la técnica del zapateado español que la del zapateado jarocho, o muy diferente lo que hace un cirquero siendo contorsionista a no siéndolo, o un guitarrista acústico a uno eléctrico. Los profesionistas de la salud deben considerar estos aspectos para tratar de un modo especial a los artistas, y espero que cada vez sumemos más.