Sandra Romo

Lunes, 1 de enero de 0001

Llevas apenas pocas clases de música y sientes algunas molestias en las manos y en la espalda que le recuerdan a tu cuerpo que se está adaptando a un instrumento, que por cierto, en algún tiempo, y si tal es tu devoción, llegará a ser parte de ti. Te exiges clase con clase y, mientras practicas, posicionar los dedos o coordinar brazos y piernas, se vuelve una tarea mucho más difícil de lo que parecía; le ordenas al cerebro que los movimientos sean más precisos y a pesar de ver tu cuerpo, éste no hace lo que le pides justo como se lo pides. Muy raramente enfocas tu atención en si tus hombros están tensos, la frente está fruncida, la mandíbula apretada, la espalda encorvada, etc. Está ocurriendo un proceso de adaptación entre tu cuerpo y tu instrumento, pero ten mucho cuidado porque es en las primeras clases donde se pueden comenzar a tener hábitos posturales inadecuados que pueden ponerte en riesgo de sufrir lesiones relacionadas.

Decides continuar la práctica y eliges ser músico de profesión. Las competencias laboralesson enormes y el estudio es infinito. ¿Cuántas horas seguidas estudias al día? ¿Y los ensayos, las tocadas, los conciertos? Cargar tu instrumento se vuelve una rutina y puede que nunca deje de pesar. Después de tocar sientes algún calambre, dolor o mucho cansancio, ¿Te suena conocido?

Desgraciadamente éste escenario puede llegar a convertirse en algo mucho más grave y, en ocasiones, la carrera musical puede interrumpirse. Como en el caso del famoso pianista Robert Schumann, quien debido a una lesión en su mano derecha se vio obligado a abandonar su profesión como concertista.

En términos de ocupación, la población musical se encuentra en el 2º lugar, después de los operadores de computadora, de estar en riesgo de padecer lesiones. En el año 2000, Jaume Roset Llobet, especialista en músicos, demostró que de 1639 músicos, el 78% refirió tener o haber tenido una problemática relacionada a la práctica instrumental y que un 37% de éste, afectó su capacidad para tocar.

Al conjunto de movimientos y posturas que realiza un músico durante la interpretación o ensayo de una pieza musical, le llamamos gesto musical. Se debe, en mayor o menor medida, a la participación del Sistema Nervioso, Sistema Músculo-Esquelético, así como del Sistema Visual y Auditivo. Cualquier alteración o disfunción de estos sistemas, predisponen a la aparición de problemas físicos, que minimizan o entorpecen el la actividad musical

Las afecciones físicas de los músicos, específicamente las provocadas o relacionadas a la práctica musical son:

__Auditivas: __Debido a la exposición de altos decibeles (> 120-140 dB). Una persona padece una deficiencia auditiva si sufre una pérdida de audición superior a 25 dB.

Dérmicas: Dermatitis, irritaciones y reacciones alérgicas derivadas del propio material del instrumento, como al níquel en instrumentos de viento-metal y al nylon en instrumentos de cuerda. También son muy frecuentes las ampollas en dedos y palmas de las manos, sobre todo en instrumentos de cuerda y percusión.

Músculo-esqueléticas: Son las más comunes, y derivan de malos usos o sobre usos de la musculatura involucrada, así como de posturas y posiciones articulares forzadas o poco anatómicas. En estas se encuentran las que corresponden a los tendones, como la tendinitis, las de los músculos, como las contracturas en cuello y espalda y las articulares como el desgaste articular de hombro.

Neurológicas: Como el síndrome del túnel del carpo (compresión nerviosa del nervio mediano) y como la distonía focal, patología que es muy incapacitante a pesar de ser indolora.

También existen las afecciones emocionales, como la depresión y la ansiedad. Derivan normalmente de exigencias individuales, demandas profesionales y de la inestabilidadlaboral y económica. Muchas veces una condición física puede conducir a un problema emocional. Es el caso de un músico que tras una dolencia acude a un profesional de salud, obteniendo la respuesta de: “son gajes del oficio, deja de tocar y santo remedio”, por lo que evidentemente pasa de un problema físico a un estado de ansiedad o depresión. Puede ocurrir también de forma opuesta, comenzar con un problema emocional y somatizarlo. Imaginemos a un guitarrista que cada vez que sube al escenario se pone muy nervioso, sus niveles de estrés son elevados, provocando una gastritis o una dermatitis.

Por otro lado, es importante mencionar que cuando la causa de la lesión no está relacionada directamente a la práctica instrumental, como un esguince de cuello debido a un accidente automovilístico, su manejo debe de ser oportuno y una prioridad; para que no afecte el desempeño y el rendimiento musical.

__Recomendaciones en caso de tener lesiones: __

  • Reconocer que como músico, la atención brindada debe ser enfocada a restablecer al máximo las funciones disminuidas o perdidas, para regresar lo antes posible a la práctica musical.
  • No automedicar, pues existe siempre una historia clínica (antecedentes) de por medio y el medicamento “autorecetado” puede ser contraproducente.
  • Acudir ante cualquier síntoma de alarma a un especialista y no dejarlo pasar, pues la lesión puede convertirse en una condición de importancia. Por lo general, además de los medicamentos adecuados, el tratamiento puede ser a base de reposo moderado, pero sin llegar a la inactividad ya que esta conduce a la atrofia y a la disminución de rangos normales de movimiento. La reincorporación debe ser gradual y en combinación de un programa rehabilitatorio integral
  • Auto-observar al cuerpo y a los movimientos durante la práctica musical, pues como dice Joaquín Solé: «el verdadero instrumento no es el violín, la batería o la guitarra, sino nuestro cuerpo, que debemos controlar y preparar para una tarea que exige muchas horas de trabajo y dedicación». También es importante considerar si la técnica utilizada es la más apropiada. En caso de tener otra ocupación además de la música, (como operador de computadora), evalúa si tus demandas laborales no son excesivas.

Concluyendo, la carrera de músico es diferente a muchas otras pues se desenvuelve en un ambiente de exigencias y de mucha dedicación, por medio de largas horas de estudio y preparación, desembocando en medios de trabajo demandantes que incluyen ensayos, conciertos, giras artísticas, cargar el instrumento y un modo de vida donde las sustancias nocivas para la salud, están de sobra.__ Diferentes__ son las lesiones y sus tratamientos, por lo tanto es tarea de todos que exista mayor información e investigación en este campo que ha sido tan descuidado. Tocar un instrumento no es peligroso, peligroso es darse cuenta que algo no está bien en tu cuerpo y no tratarlo a tiempo.

¿Sabías qué?

  • En México, la barrera más grande para el manejo de las lesiones, es la desinformación, tanto de músicos, como del mismo personal de salud, pues en otros países hasta la especialidad existe: “Medicina de las Artes Interpretativas”.
  • 39 músculos permiten los movimientos tan precisos, coordinados y perfectos de la mano.
  • Clara Schumann, Alexander Scriabin, Sergei Rachmaninoff, Gary Graffman, Leon Fleisher, Ernestine Whitman, Franz Schubert, Michel Beroff, Jeanne Baxtresser, Glenn Gould, David Leisner son otros grandes músicos que han padecido problemas relacionados a su instrumento.
  • Critchley reportó que, el pianista al tocar un pieza de Menldelssohn con duración de cuatro minutos con tres segundos, interpreta 5,595 notas, realizando 72 movimientos de dedos por segundo. Y en el estudio n°11 en la menor op. 25 de Chopin se ejecutan 830 notas por minuto con 1660 movimientos por minuto
  • Al iniciar los 30 años de edad, comienza una pérdida progresiva de la masa muscular que se reemplaza en gran medida por grasa, disminución de la fuerza máxima y de los reflejos musculares.
  • Se dice que para conseguir 20 o 30 notas se precisan de 400 a 600 actos motores y una tarea incuantificable de las áreas cerebrales.