Las afecciones que atañen a los músicos se clasifican en las relacionadas o provocadas por el instrumento (incluyendo la voz) y las que no. De cada diez músicos en promedio seis han tenido o tendrán una afección relacionada a su instrumento. Entre éstas tenemos:

Musculoesqueléticas: Su principal manifestación es el dolor. Las causan el sobreuso de la musculatura, posturas y posiciones inadecuadas o forzadas aunadas a movimientos repetitivos, carga deficiente o excesiva del instrumento, falta de descansos adecuados, cambios bruscos en el repertorio o del instrumento, entre otras. Ejemplos: tendinitis, gangliones o quistes, síndrome por sobreuso, esguinces, miositis, lumbalgia y actitudes escolióticas.

Auditivas: La exposición sonora que sobrepasa los 85 dB por más de ocho horas al día es capaz de producir un daño (el tiempo permitido es inversamente proporcional: mientras más dB, menos tiempo de exposición para no causar daño). Cuando se es joven, el daño es casi imperceptible y con la edad esta condición empeora pudiendo ser irreversible. Ejemplos: Tinnitus, hipoacusia y diploacusia.

Neurológicas: El sistema nervioso lo dividimos en central y periférico. El central son la médula espinal y el cerebro; el periférico son los nervios que salen de la columna vertebral. El dolor, el cosquilleo y la debilidad son característicos de atrapamientos nerviosos como el síndrome de túnel del carpo y el síndrome del desfiladero torácico. La distonía focal, de origen central, casi siempre es indolora pero produce movimientos involuntarios durante la ejecución musical.

Dérmicas: Las afecciones de la piel pueden ser mecánicas o alérgicas. Las mecánicas van desde unas simples ampollas que pueden infectarse hasta afecciones por la presión del instrumento en ciertas zonas como “el pezón del guitarrista”, “el cuello de violinista” y “los dedos de arpista”. Las alérgicas ocurren al contacto con materiales propios de instrumentos como al níquel presente en instrumentos de viento-metal y la colofonia, substancia que se aplica sobre la cola de caballo del arco de los instrumentos de cuerda.

Visuales:  Van desde un dolor de cabeza hasta problemas más serios, como el glaucoma, presente en algunos instrumentistas de viento, debido al aumento de la presión intraocular que se hace al soplar con mucha potencia.

Foniátricas:  Los cantantes llevan su instrumento a todos lados y el no conocerlo es la principal causa de lesionarse y padecer desde afonías y laringitis, hasta nódulos y pólipos; desgraciadamente, éstas últimas pueden terminar en cirugías.

Enfermedades como la diabetes, el lupus y la esclerosis múltiple pueden repercutir negativamente en la interpretación, pero son difíciles de prevenir pues tienen una carga genética. No pasa lo mismo con las afecciones provocadas o relacionadas, pues son la suma de varios factores los causantes de los problemas y en éstas si podemos intervenir. Infórmate.